En un escenario disruptivo tras la pandemia, la innovación ofrece oportunidades a la industria alimentaria para construir empresas más competitivas y mejor adaptadas a las nuevas demandas. Por Jesús de las Casas
Las más de 30.500 empresas de alimentación y bebidas que hay en España facturaron en torno a 130.000 millones de euros en 2020. Aunque el dato refleja una caída del 5,3% respecto al año anterior, el consumo en los hogares y las exportaciones consiguieron contener en cierto modo el impacto sobre el negocio. Es un sector compuesto mayoritariamente por medianas compañías, muchas de las cuales han comenzado a realizar importantes inversiones en I+D para desarrollar nuevos productos y avanzar en la eficiencia y la automatización de sus operaciones.
«La industria alimentaria está en plena transformación, no sólo por la pandemia sino por la adaptación constante de las compañías a las necesidades de los consumidores, las demandas sociales y los avances tecnológicos», explica David Luengo, vicepresidente ejecutivo y responsable de consumo, retail, distribución y gobierno de Capgemini, que añade que la tecnología abre nuevas posibilidades para dar un impulso al crecimiento de estos negocios, en línea con las tendencias de sostenibilidad.
La apuesta por la tecnología es clave para garantizar la competitividad de la industria alimentaria, que trabaja al mismo tiempo en la integración de sistemas para mantener el control del negocio y asegurar la trazabilidad en la producción, un aspecto fundamental para cumplir con una normativa cada vez más exigente.
De este modo, las compañías de la industria alimentaria que apuestan por la innovación y utilizan la tecnología y los datos para obtener ventajas competitivas disfrutan de márgenes de beneficio operativo que superan en un 30% la media del sector, según un informe publicado por el Instituto de Investigación de Capgemini en las últimas semanas. Las empresas más maduras en este aspecto utilizan el análisis de los datos para implementar modelos de negocio de economía circular, mientras que el 63% de ellas asegura que sus ingresos han aumentado gracias a ello.
No obstante, todavía persiste una brecha en la escasez de competencias y los silos de datos en las organizaciones. «Aún es necesario superar retos pendientes como la estandarización, la cultura y el talento, pero la tecnología es una palanca facilitadora para alcanzar objetivos de agilidad, flexibilidad y sostenibilidad», asevera Santiago Díaz, Director de división en Capgemini Engineering España.
Después de que el año pasado se produjesen interrupciones en las cadenas de suministro, dos de cada tres empresas del sector de retail y productos de consumo han tomado la decisión de dar un giro en su estrategia para elevar la flexibilidad en sus operaciones, como señala otro estudio de Capgemini. En este sentido, Díaz incide en que «el contexto nos obliga a repensar las estrategias de la cadena de suministro de manera global».
Pese a que algunos de los retos para las organizaciones tienen mucho que ver con las personas, la innovación juega un papel fundamental en este cambio de paradigma. «La digitalización se está centrando en tres áreas principales: conseguir una experiencia de cliente diferencial, transformar las operaciones y reinventar la compañía buscando nuevos modelos de negocio», afirma David Luengo.
El auge de canales alternativos como el comercio electrónico es uno de los grandes legados que deja la pandemia, que da paso a un escenario inédito en todos los sectores. «Las fronteras entre los distintos canales se difuminan y el cliente queda en el centro: todo gira en torno a proporcionarle una experiencia personalizada y agradable», resalta el vicepresidente ejecutivo y responsable de consumo, retail, distribución y gobierno de Capgemini.
Los datos, el Internet de las cosas y las aplicaciones relacionadas con la inteligencia artificial, como el machine learning, se elevan como uno de los pilares básicos para la industria. Otro de los puntos esenciales reside en la nube, en la medida en que permite crear las plataformas digitales que sostienen buena parte de los proyectos en este proceso de transformación. Estas arquitecturas son esenciales para que la nueva forma de trabajar adquiera velocidad en el seno de las compañías.
Sin embargo, alcanzar la simbiosis perfecta entre el negocio y la tecnología no es un desafío sencillo para las empresas. Luengo subraya que «el principal reto es cómo hacerlo: sólo es posible avanzar cuando el negocio incorpora en su ADN la tecnología y, a su vez, esta se pone al servicio del negocio». Por esta razón, se ha disparado la demanda de profesionales con un perfil híbrido capaz de dominar ambos lenguajes.
LAS EMPRESAS SE DIGITALIZAN PARA SER MÁS ÁGILES Y FLEXIBLES
La cadena de alimentación española fue una de las que mejor respondió en Europa al incremento de la demanda que se produjo al inicio de la pandemia. De cara al futuro, la tecnología y la innovación son las claves para que la industria se mantenga a la vanguardia internacional, como se indicó en el encuentro La industria inteligente alimentaria, claves para su consolidación, que organizó EXPANSIÓN con el patrocinio de Capgemini.
Como uno de los sectores esenciales, la alimentación tuvo que dar un paso al frente para abastecer a todo el país. «Fue una experiencia enriquecedora para nosotros en dos vertientes distintas: por una parte se aceleró la transformación digital, pero al mismo tiempo nuestras plantas tenían que seguir operativas a pleno rendimiento», explicó Enrique Mandado, director de operaciones de Grupo Calvo.
Entre los principales cambios que se han producido en el último año y medio, Roberto Rodríguez Hevia, director de logística de Capsa Food, destacó «el comportamiento errático del mercado y sobre todo de la demanda, así como la necesidad de impulsar la omnicanalidad con una visión global de todos los canales. Además, es fundamental acortar los tiempos de respuesta, con una propuesta de valor visible y aceptada por el consumidor».
Los cambios en los hábitos de los consumidores, que han provocado una explosión inédita del comercio electrónico, obligan a que las compañías del sector sean más flexibles que nunca. «El cambio brusco en la demanda y el comportamiento de los clientes nos ha llevado a trabajar en la elasticidad de nuestra cadena de suministro para ser cada vez más flexibles», manifestó Luis Alberto Báez, director de Supply Chain de Carrefour España.
Así, los grupos de alimentación han puesto el foco a corto plazo en aquellos productos que aportaban valor a sus clientes. En paralelo, «hemos comenzado a planificar para ser mucho más flexibles porque estos cambios se han sucedido a lo largo del tiempo, desde el catálogo de productos hasta la apertura de nuevos canales», coincidió Javier Cabeza, vicepresidente de operaciones de Bimbo Europa, Asia y África.
Por su parte, Nicolás Castrejón, director general de operaciones de Mahou-San Miguel, afirmó que «la agilidad es una tendencia que ha llegado para quedarse: nuestro reto está en cómo mantener la eficiencia sin perder esa flexibilidad ni la rapidez para atender a la demanda». Castrejón añadió que la diversificación de negocios y geografías será clave en el futuro.
Desde el punto de vista de la digitalización de las empresas, la información se ha convertido en uno de los pilares de este proceso. «Los datos han sido claves para prever mejor la demanda y dar respuesta a la situación. La colaboración y la visibilidad de extremo a extremo requiere compartir información muy precisa en tiempo real», resaltó David Luengo, vicepresidente ejecutivo y responsable de consumo, retail, distribución y gobierno de Capgemini.
En la misma línea, «la pandemia ha evidenciado que las rutinas de colaboración entre áreas y con clientes y proveedores son esenciales para conseguir objetivos, tanto en disponibilidad como en eficiencia», apuntó Gabriel Catalano, director de logística y servicio al cliente de Danone Dairy en Iberia. Asimismo, subrayó la importancia que ha tomado el concepto de proximidad de las compañías, como garantía de abastecimiento y de sostenibilidad.
Sobre esta visión más integral de la cadena, «debemos empezar a colaborar e integrarnos con nuestros proveedores y clientes, de modo que ellos puedan calcular nuestra futura demanda y nosotros, como fabricantes, conozcamos la demanda del cliente final», expresó Javier González Montoya, director de logística de J. García Carrión.
Aunque ha protagonizado un gran avance, la industria debe afrontar aún algunos desafíos pendientes. «Uno de los principales retos para la digitalización es la estandarización: cuando queremos colaborar con clientes o proveedores, es complicado establecer estructuras colaborativas», expresó Jordi Aycart, director de Supply Chain de Nestlé.
Por último, Santiago Díaz, Director de división en Capgemini Engineering España, hizo hincapié en que «el contexto nos obliga a repensar las estrategias de la cadena de suministro de manera global; aunque es complejo, supone una oportunidad para romper ciertas barreras».
Fuente: Expansión