La salida de la emergencia sanitaria permitirá una recuperación del consumo más rápida que en crisis anteriores, según un artículo analítico publicado ayer por el Banco de España. El documento, firmado por el economista Pablo Aguilar, prevé una recuperación “intensa” del consumo de los hogares en “unos pocos trimestres” debido a la percepción de éstos de que el impacto de la crisis sanitaria será transitorio y no persistente en el tiempo, a diferencia de lo ocurrido en anteriores recesiones, como la financiera.
El análisis parte de las expectativas de los consumidores, percibiendo que “en comparación con otras perturbaciones adversas previas”, el shock originado por la covid tiene un grado de persistencia menor. “Ello apuntaría a un repunte del consumo privado una vez que se solvente la crisis sanitaria, que tendería a compensar el retroceso observado durante la pandemia”, se argumenta. En gran parte, se debe a que el impacto está muy acotado temporalmente, con un golpe sobre la confianza de los agentes “súbito e intenso”, pero en su mayor parte transitorio. Este carácter temporal podría contribuir a que la recuperación de la actividad, una vez levantadas las medidas de contención, sea “más robusta”. “Los consumidores habrían percibido que el impacto de la crisis no tiene un grado de persistencia muy elevado, lo que contribuiría a que un comportamiento expansivo del gasto de los hogares apuntalara la recuperación de la actividad”, incide el organismo que gobierna Pablo Hernández de Cos.
Es un cambio de tendencia sobre recesiones anteriores, calificando incluso de “novedoso” el comportamiento sobre crisis previas. En parte, se explicaría por la “contundente” respuesta de las políticas económicas para fortalecer las expectativas de los agentes y contribuir a la recuperación. “En el caso concreto de los consumidores, el mecanismo de los ERTE, las moratorias crediticias y el mantenimiento de condiciones financieras muy favorables no solo habrían fortalecido las rentas y la posición patrimonial de estos agentes, sino que además habrían afianzado su confianza en un rápido repunte de la economía”, indica. Es decir, se han tenido ciertas redes de protección que en otras crisis no, que han permitido aguantar mejor.
A esto se suma una adaptación al contexto de la pandemia, con el ejemplo del teletrabajo y el tirón del comercio electrónico, que han permitido una “rápida mejora de las expectativas acerca de la evolución de la economía”.
Sobre la “importante” bolsa de ahorro que han acumulado los hogares, por la imposibilidad de consumir determinados bienes y servicios y por la incertidumbre acerca de sus rentas futuras, reconoce que existen diversos argumentos que sugieren que lo ahorrado se trasladaría al consumo solo de forma limitada una vez que se resuelva la crisis sanitaria: que los hogares que han ahorrado han sido mayoritariamente los de rentas altas, que tienen una menor propensión a consumir, o la posibilidad de que los agentes interpreten que el fuerte aumento de la deuda pública llevará a mayores impuestos futuros. Pese a ello, la entidad prevé un “desvanecimiento relativamente rápido” de los motivos precautorios que explicaron una parte del aumento del ahorro.
Fuente: Agencias